Miguel de Cervantes. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (I)

diciembre 12, 2005

Editorial Espasa-Calpe, (34 ediciones de 1940 a 1986). 680 páginas.

CervantesQuijote
Locura genial

Siendo el año del Quijote, y habíendome comprado hace relativamente poco este ejemplar -por la módica cantidad de dos euros y en buen estado, el maltrato de la portada es culpa mía- lo menos que podía hacer era releerlo. Releerlo porque, como todo estudiante de bachillerato, ya lo había leído por obligación en clase. Después lo leí por gusto, pero antes de esas lecturas ya lo había leído en una edición de cómic que comentaré en breve.

Divido la reseña en dos partes porque, como dicen los críticos con buen tino, son dos libros diferentes y por no hacer una entrada demasiado larga. En la primera parte se nos narra las dos primeras salidas de Don Quijote, la primera sin escudero y siendo armado caballero en una venta. La segunda con Sancho con las conocidas aventuras de los molinos, la liberación de los galeotes, los dos ejércitos, y la novela del curioso impertinente. Pueden encontrar un buen resumen aquí.

¿Qué decir del Quijote que no se haya dicho ya? Poca cosa. Así que me limitaré a reseñar lo que me ha llamado más la atención.

En primer lugar, la quema de libros. No es que nos encontremos aquí con ecos de la santa inquisición, o precursores de los incendios de libros por parte de los nazis. Si es precursor de algo, sería del detective Carvalho. Dante no dudó de poner en el infierno de su ‘Divina Comedia’ a todos aquellos personajes que le caían mal. Cervantes hace lo mismo con los libros de sus contemporáneos. Más o menos como aquella famosa reseña fotográfica de nuestro posteador antiguo residente (aunque un tanto desaparecido) The Happy Butcher que tanto revuelo levantó. En el Quijote podemos encontrar una buena justificación 😉 .

Algo que no se suele mencionar mucho es que es un libro muy poco pacato. No sólo las mozas que lo arman caballero son de profesión dudosa, o el lío en la venta con Maritornes viene del hecho de que iba a amancebarse con un huesped. Es que el mismo Don Quijote dice cosas como la siguiente:

-Ya te tengo dicho antes de agora muchas veces, Sancho -dijo don Quijote-, que eres muy grande hablador, y que, aunque de ingenio boto, muchas veces despuntas de agudo. Mas, para que veas cuán necio eres tú y cuán discreto soy yo, quiero que me oyas un breve cuento. «Has de saber que una viuda hermosa, moza, libre y rica, y, sobre todo, desenfadada, se enamoró de un mozo motilón, rollizo y de buen tomo. Alcanzólo a saber su mayor, y un día dijo a la buena viuda, por vía de fraternal reprehensión: »Maravillado estoy, señora, y no sin mucha causa, de que una mujer tan principal, tan hermosa y tan rica como vuestra merced, se haya enamorado de un hombre tan soez, tan bajo y tan idiota como fulano, habiendo en esta casa tantos maestros, tantos presentados y tantos teólogos, en quien vuestra merced pudiera escoger como entre peras, y decir: «Éste quiero, aquéste no quiero»». Mas ella le respondió, con mucho donaire y desenvoltura:
»Vuestra merced, señor mío, está muy engañado, y piensa muy a lo antiguo si piensa que yo he escogido mal en fulano, por idiota que le parece, pues, para lo que yo le quiero, tanta filosofía sabe, y más, que Aristóteles»».

La escena de Maritornes, más que de un clásico de la literatura parece el argumento de una película de Bud Spencer y Terence Hill. En pocas páginas se monta una ‘ensalada de tortas’ que no tiene nada que envidiar a las de ‘Le llamaban Trinidad’. No es la única. En la primera parte Don Quijote no es un personaje al que se le coja cariño fácilmente; más bien es un loco peligroso que nunca se sabe por donde va a salir. Bueno, sí, por la parte donde más lío se monte.

No obstante, pocas son las aventuras que corren caballero y escudero, y muchos son los cuentos entretejidos con la historia. No sólo la novela del curioso impenitente, contada más o menos sin venir a cuento, pero que resulta en una especie de caja rusa original. También las historias del resto de personajes (Cardenio, Dorotea, …) que acaban encontrando desenlace en una venta que parece la verdadera protagonista de la novela.

Impagable me parece también la escena en la que Cardenio está contando su historia y, al desviarse con un comentario sobre las novelas de caballería, encuentra en don Quijote a un exaltado contrario, como dos trekkies discutiendo sobre el doctor Spock:

En tanto que don Quijote estaba diciendo lo que queda dicho, se le había caído a Cardenio la cabeza sobre el pecho, dando muestras de estar profundamente pensativo. Y, puesto que dos veces le dijo don Quijote que prosiguiese su historia, ni alzaba la cabeza ni respondía palabra; pero, al cabo de un buen espacio, la levantó y dijo:

-No se me puede quitar del pensamiento, ni habrá quien me lo quite en el mundo, ni quien me dé a entender otra cosa (y sería un majadero el que lo contrario entendiese o creyese), sino que aquel bellaconazo del maestro Elisabat estaba amancebado con la reina Madésima.

-Eso no, ¡voto a tal! -respondió con mucha cólera don Quijote (y arrojóle, como tenía de costumbre)-; y ésa es una muy gran malicia, o bellaquería, por mejor decir: la reina Madásima fue muy principal señora, y no se ha de presumir que tan alta princesa se había de amancebar con un sacapotras; y quien lo contrario entendiere, miente como muy gran bellaco. Y yo se lo daré a entender, a pie o a caballo, armado o desarmado, de noche o de día, o como más gusto le diere.

Resumiendo, una novela que es lo más alejado a un ladrillo y repleta de aventuras. Pasado mañana, más.

(Un día, un libro 246/365)
Escuchando: Lágrimas de agua salada. Ely Guerra

8 comentarios

  • Vigo diciembre 14, 2005en3:28 pm

    ¿Y mañana? 🙂

  • Santino diciembre 15, 2005en1:28 am

    Te doy la enhorabuena por haber escrito una reseña del Quijote, porque si hay un libro difícil de reseñar, seguramente sea éste; y sobre todo te doy la enhorabuena por conseguir ser original al comentarlo, algo que a mí se me antojaba como imposible al pensar en esta obra. Me he reído mucho con eso de: «La escena de Maritornes, más que de un clásico de la literatura parece el argumento de una película de Bud Spencer y Terence Hill». Nunca se me había ocurrido verlo desde ese punto de vista.
    Un saludo.

  • Palimp diciembre 17, 2005en2:45 pm

    Era mi intención y me alegra que opines que lo haya conseguido 🙂

  • Sutaba marzo 12, 2007en9:18 pm
  • Palimp marzo 13, 2007en10:14 am

    Gracias por el enlace.

  • natalia diciembre 1, 2008en4:47 pm

    sois tos unos kabrones ijos de puta por no presentarme un resumen del kijote os pueden dar muxo porculo a todos porke no aceis na bien
    no pongais enlaces donde pone ke ai resumen si en realidad no lo ay
    FOLLAR KE OS ACE MUXA FALTAAAA!!!!!!!!!!!!!!!

  • Palimp diciembre 1, 2008en5:54 pm

    natalia, ¿sabes escribir? porque aunque no soy ningún talibán de la ortografía lo tuyo es demasiado. El resumen lo tienes bien enlazado, hasta tú lo podrías encontrar.

  • lib-ido-lit diciembre 15, 2009en9:32 pm

    Natalia, tú seguro que follas poco, porque tu comentario es de mal-follá. Aunque es verdad que el enlace dice que faltan capítulos 😉

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